Blog Archive

miércoles, 2 de febrero de 2011

All I want is you




"Querido pequeño:
Esto es una carta de agradecimiento por ese primer beso, por hacer que haya sentido y sienta esto que pocos sienten en esta vida y por demás cosas que ya se quedan hasta cortas, cariño. Me gustó mojarme, sentir ese frío y ver la playa con ese ambiente. Recuerdo todas esas canciones que pusiste, hasta tu mirada recuerdo. Según que parte del pasado es bonito, es más, precioso. ¡Ah! Gracias por cada cena con toneladas de espaguetis, eres tan tontico. Han pasado tantos días y me sé los títulos de cada una de las películas que hemos visto a lo largo de estos años. También sé en las que me quede dormida y nunca me despertaste porque podías observarme sin que yo te renegara. Y aun lo sigues haciendo. ¿Sabes? Arriesgue contigo, iba loquísima. Debo darte unas gracias muy importantes, gracias por hacer de esta amistad algo tan fuerte. Amo cada sitio al que hemos viajado… New york, sus compras, las cataratas del Niágara. París y su café, tirados en el césped mientras con la novedad de nuestra nueva réflex capturábamos nuestra vida que rebosaba en cada gesto, el arco del triunfo, Moulin rouge y pasión. Londres, comida basura, big ben, London eye, paraguas, chubasquero, tower bridge y besos. Australia donde fuimos a la isla Phillips y vimos pingüinos, desayuno volando en aquel globo sobre el valle del Yarra y abrazos. Roma, andar, coliseo, andar, museos vaticanos, pasta, pizza y amar. Después de ser unos grandes turistas llegó husky. Luego independencia, despertar y verte ahí, trabajo, días de los enamorados, tú y yo. Primero Lucas, luego Lucia. Llantos, noches sin dormir, pañales y tus brazos que me arropaban cada noche. Soportar a Lucas en la adolescencia, luego Lucia. Sus primeras parejas, sus desamores. Nuestra vida se había ensanchado con otras dos personas. La vida se ha ido haciendo, rápida, lenta, según el momento. Y ahora que tengo sobre mí el portátil, mi café ardiente y tú dormido, me ha entrado la necesidad de reflejar nuestra vida. Y ahora que miro nuestras fotos, he envejecido, pero me seguirás queriendo, ¿No? Nunca me dejes de querer, cuando no esté lee esto tantas veces hasta que sientas que estoy contigo.




Por todo lo que no llegue a darte. Tu chica."



La guarde en la caja con todos nuestros recuerdos y seguí viviendo la vida hasta donde pudiese, con esta carta mi miedo a la muerte ya no existía. Ya me había podido despedir como quería, haciendo que sonriera por cada milesima de segundo que hemos vivido.